Hormonas que influyen en la pérdida de peso II: Grelina

Continuando con la serie de posts sobre el papel de las hormonas en los procesos de hambre y pérdida de peso, hoy hablamos de la grelina. Esta hormona, que quizás no te suene, a menudo se conoce como la hormona del hambre. Como sugiere ese “apodo”, cuando los niveles de grelina se elevan, el cuerpo recibe la señal para que aumente la ingesta de alimentos (sensación de hambre). Las alteraciones en el control de la grelina se han asociado con el aumento de peso. Hay muchos factores que pueden influir en la producción de grelina, vamos a detallar qué es esta hormona, qué hace y cómo se ve influenciada por los alimentos que comemos, ya que esto determina los procesos de saciedad y hambre.
¿Qué es la grelina?
El nombre de grelina proviene de su capacidad para estimular la liberación de la hormona del crecimiento (GH, en inglés “growth hormone” + 'relin' que significa liberación = grelina.) La grelina se libera en muchos de los órganos del cuerpo, pero como hormona del hambre, alrededor del 75% de la grelina circulante se produce en el estómago. Interactúa con muchas hormonas, además de estimular la liberación de la mencionada GH, tiene una relación inversa con la insulina: a medida que aumenta la insulina, la grelina generalmente disminuye.
¿Cómo funciona la grelina?
Tiene un fuerte efecto estimulante del apetito y, por lo tanto, su liberación juega un papel clave en el metabolismo al regular la ingesta de calorías. Destacamos también su efecto directo sobre la creación de nuevas células grasas y una mayor cantidad de almacenamiento de grasa, lo que significa que si la grelina no funciona correctamente puede conducirnos a un aumento del hambre y la ingesta de calorías. Como puedes imaginar esto es un círculo vicioso en el aumento de peso que, a su vez, también provoca una mayor disfunción y hace que el ciclo continúe.
La pérdida de peso mejora la liberación y la respuesta de grelina, pero las hormonas necesitan un tiempo de adaptación para asimilar el proceso de cambio corporal. Por ello, al menos durante un tiempo, la pérdida de peso suele estar asociada con el hambre para la mayoría de las personas.
¿Cómo influye el ejercicio en la regulación del hambre?
Curiosamente, el ejercicio no parece aumentar el apetito a los mismos niveles que lo hace una restricción de calorías. Esto está relacionado con los mecanismos que causan la liberación de grelina. Una de las claves para la pérdida de peso: es importante que quienes comienzan a reducir esos kilos de más, aumenten el gasto en lugar de restringir demasiado las calorías. Es decir, piensa en comenzar por moverte más y no tanto en hacer una restricción muy severa de comida. Es habitual que muchas personas opten por el enfoque de restringir mucho las calorías, y a la larga acaben fracasando en el intento. Por ello insistimos en el papel del ejercicio en la pérdida de peso, pues a menudo se malinterpreta y se subestima. No es lo mismo una caloría gastada por ejercicio físico, que una caloría no ingerida por alimentación. Siendo mucho más determinante en nuestro organismo el primer proceso.
La grelina y el apetito
Los efectos de aumento del apetito también influyen en las vías metabólicas que utiliza el cuerpo. Dependerán de su elección de las grasas o los carbohidratos como fuente de combustible. No es sorprendente que no solo la cantidad de alimentos que ingerimos, sino la naturaleza de los que consumimos puedan influir nuestros niveles de hambre. La elección nutricional determina los procesos metabólicos y como de llenos nos sentimos con los alimentos que comemos.
Al comparar comidas de igual volumen y calorías, los carbohidratos, aunque a corto plazo recuperan la grelina, tienen un "efecto rebote". Unas horas más tarde, estimulan el apetito (baja la glucosa después del pico de insulina). Por lo tanto, cuando consideramos la alimentación con carbohidratos simples, de asimilación rápida, la ingesta regular cada pocas horas "podría" alterar esta dinámica. Así que nuestras hormonas se ven influenciadas por el tipo de carbohidratos, la cantidad de grasas y proteínas en cada comida, ya que también influyen en los procesos de digestión y absorción. De nuevo, un motivo más para preocuparnos por la calidad de los alimentos y no tanto su composición calórica.
La grelina y el índice de masa corporal
La cantidad total de grelina presente en el cuerpo está relacionada con el índice de masa corporal (IMC), con niveles más altos de grelina asociados con un IMC más bajo, esto no es sorprendente si se considera el hambre que sufren quienes padecen desnutrición y anorexia nerviosa. En las personas con sobrepeso tiende a haber un nivel más bajo de grelina en comparación con las personas con normopeso. Además, en ciertas condiciones, las personas con sobrepeso pueden tener niveles circulantes más altos de leptina , y esto puede tener implicaciones obvias para un aumento de peso rápido y en constante incremento, ya que el hambre nunca se satisface.