En el post de esta semana, queremos analizar uno de los nutrientes más importantes asociados al deporte: las proteínas. Profundizaremos en el papel que juegan en los procesos de recuperación, y como una suplementación apropiada nos puede ayudar a mejorar el rendimiento.
Este concepto fisiológico engloba el conjunto de reacciones químicas que efectúan las células de los seres vivos con el fin de sintetizar o degradar sustancias. Se trata de un término muy amplio en el que tienen cabida una infinidad de procesos constantes en nuestro cuerpo.
El síndrome metabólico es un conjunto de circunstancias que aumentan el riesgo de enfermedad cardíaca, accidente cerebrovascular y diabetes: aumento de la presión arterial, niveles altos de azúcar en la sangre, exceso de grasa corporal en la cintura y niveles anormales de colesterol y triglicéridos.
El binomio "nutrición" y "actividad física" es clave a lo largo de toda la vida, y no iba a ser menos durante y después de la menopausia.
Si practicas deporte, seguro que dedicas un tiempo y esfuerzo muy valioso en tu día a día con el objetivo de obtener un resultado concreto. Ya sea preparar una carrera, batir una marca, estar en forma o simplemente sentirte bien.
No hay casi nada que afecte más a alguien que practica deporte, que no poder disfrutar de su actividad favorita por una lesión. Sin lugar a dudas, la idea de descansar y aprovechar tanto tiempo libre no es una opción que nos guste.
Con el avance de la sociedad y el cambio de mentalidad, aunque todavía tardío, comienzan a desarrollarse proyectos para comprender como afecta el ejercicio físico de la mujer, y poder ajustar de una forma mucho más precisa las necesidades y requerimientos deportivos.
De la misma forma que ocurre con muchas otras actividades, cuando llevamos un tiempo en el gimnasio notamos que comenzamos a estancarnos. Al estar inmersos dentro de la misma rutina, nuestra capacidad de mejora se va reduciendo, e incluso en algunos momentos podemos sentir que empeoramos.