La natación se considera uno de los deportes más completos y recomendados por los expertos, ya que tiene muchos beneficios según el tipo de natación que practiques. Además contribuye al desarrollo muscular, mejora la coordinación de los movimientos y aumenta la resistencia cardio-respiratoria.
Realizar este deporte de forma constante permite la estimulación del metabolismo, la quema de grasa y la mejora del estado de forma general, ya que a parte de realizarse un alto ejercicio aeróbico, se desarrolla una gran resistencia cardiopulmonar.
Tiene efectos muy positivos sobre las personas con problemas de espalda y dolores de columna o cervicales, ya que no requiere levantar ningún tipo de peso ni realizar movimientos bruscos. De este modo, se mejora la postura corporal aliviando las tensiones. Además, el hecho de permanecer en el agua facilita la circulación sanguínea.
Por ello es un deporte recomendado también para personas con problemas de tensión alta, ya que ayuda al retorno de la sangre desde las extremidades al corazón.
El hecho de trabajar sin impactos ni rebotes, hace que las articulaciones queden más fortalecidas, favoreciendo la prevención y recuperación de las
lesiones más comunes en natación.
Mediante la natación ejercitamos todo el cuerpo. Se trabajan las piernas, los brazos, el torso y las caderas. No obstante, la parte superior es la zona que más se fortalece ya que la mayor parte del ejercicio se concentra en tríceps, dorsales, pectorales y los músculos de la espalda. Los beneficios que podemos obtener de dicho deporte dependerá del estilo de nado que realicemos:
Estilos crol y espalda
Estas modalidades hacen que los brazos trabajen y empujen bajo el agua. Pero también debemos mantener el cuerpo firme, por lo que no solo ejercitamos bíceps, tríceps y deltoides, sino que también fortalecemos glúteos, intercostales, abdominales y pectorales. El movimiento de pies en estos estilos es rápido, provocando la tonificación de cuádriceps e isquiotibiales y, en menor grado, de la pantorrilla y músculos del pie.
Estilos braza y mariposa
Estos dos estilos requieren elevar la cabeza del agua para respirar. La potencia de dicho movimiento se encuentra en brazos y piernas, siendo implicados los pectorales, deltoides y bíceps, en el tronco superior, y cuádriceps e isquiotibiales en el tronco inferior. A diferencia del resto de modalidades, esta requiere mayor energía y potencia para elevar el cuerpo hacia la superficie. Por lo tanto, el esfuerzo realizado es mayor.