Entrenamientos de natación: errores frecuentes

Errores más comunes en natación:
1. No seguir una progresión.
Muchos cometemos el error de pensar que cuanto más esfuerzo y dedicación, mayor será el rendimiento. Sin embargo, debemos ser conscientes de que a corto plazo esto puede provocar que no resistas, o incluso que te lesiones. Para evitar esto, ármate de paciencia y organiza tus entrenamientos de manera que no pases de 0 a 10. Debes ir superando una serie de fases intermedias para notar una evolución adecuada.
Para ello, comienza tus sesiones de entrenamiento con un nivel fácil, de tal forma que te sientas cómodo. Cuando veas que tu cuerpo ya se ha adaptado, ve incrementando la dificultad poco a poco y siempre de forma progresiva. De este modo podrás ir fijándote pequeños retos de superación en cada nivel, haciendo que tu motivación por la natación esté siempre activa.
2. No entrenar las piernas de forma aislada.
Para que tu entrenamiento sea completo, debes acompañar tus sesiones de nado con fases de fortalecimiento. Hacer solo una de las dos cosas no es suficiente, y además, la combinación de ambas hará que los resultados sean mucho más satisfactorios.
Dedica por lo menos dos días a la semana a fortalecer los músculos de las piernas para proporcionarles una mayor capacidad de resistencia. Gracias a esto notarás considerablemente un mayor rendimiento en tus entrenamientos obteniendo unos resultados de los que estarás orgulloso.
3. Respirar siempre hacia el mismo lado.
Es verdad que cada uno domina mejor un lado que otro al respirar. Pero usar este método no es del todo correcto ya que se puede provocar una sobrecarga del cuello, espalda y del hombro contrario al de la respiración. Intenta intercalar los dos lados para habituarte lo antes posible hasta convertirlo en rutina.
Habituarte a respirar solo hacia un lado puede condicionarte mucho, pues nunca se sabe de que forma vas a tener que enfrentarte a tus entrenamientos. Aunque se te de mejor un lado en concreto, debes intentar intercalar la respiración hacia el lado opuesto, haciendo que en caso de emergencia puedas recurrir a él sin ningún tipo de dificultad. Cuantas menos puertas te cierres, más completos serán tus entrenamientos y más aprenderás sobre este deporte.
4. No seguir la estructura lógica del entrenamiento.
No es escusa el disponer de poco tiempo. Aunque entrenemos en los pequeños huecos que nos permitan nuestras obligaciones, hay que dedicarle siempre tiempo al calentamiento y a los estiramientos. Empezar directamente a nadar es un impacto muy brusco para nuestro cuerpo que puede llegar a manifestarse con posibles lesiones.
Por eso, dedica entre 5 y 10 minutos a calentar tus músculos para poner tu cuerpo a tono y en las condiciones perfectas para empezar a nadar. Lo normal es que el agua se encuentre a 21º aproximadamente, que al ponerse en contacto con nuestro cuerpo hace que los vasos sanguíneos se ensanchen, permitiendo que la sangre aumente la temperatura de nuestro cuerpo. Pero si realizamos el calentamiento adecuado, aceleraremos este proceso, pues nuestro cuerpo ya tendrá una temperatura razonable al meterse en el agua y el impacto será menor.
5. Dar más importancia al ritmo y velocidad del nado que a la técnica.
Para alcanzar un buen ritmo y condición física, es imprescindible antes dominar la técnica, y no al revés. Por lo tanto, haz las cosas en el orden adecuado y procura darle importancia a la técnica para así dominar otros aspectos como la velocidad, la resistencia o el ritmo.
Es muy habitual que solo dediques tus entrenamientos a adquirir un ritmo más ligero, o a mejorar tu tiempo. Si este es tu caso, es un error que debes corregir sin falta. Que no te entren las prisas por notar resultados en tus marcas. Lo más importante no es hasta donde llegues, sino como llegues. La técnica es muy importante para notar mejorías a largo plazo, y sobre todo para no sufrir dolores o futuras lesiones.
6. No entrenar los diferentes estilos de nado.
Es un error creer que como solo se compite con un estilo, solo se debe practicar ese. En natación existen diferentes modalidades como braza, mariposa, crol, espalda... y se debe intentar practicar todos para entrenar las diferentes partes del cuerpo, ya que cada uno requiere de una musculatura diferente. Además, siempre viene bien dominar todos los estilos para poder escoger en caso de que alguno nos falle.
Recuerda: "Es mejor poco de mucho, que mucho de poco". Eso quiere decir que es mejor repartir tu tiempo a practicar las diferentes modalidades que centrarte solo en una. Además, esto te hará conocer mejor el deporte y por lo tanto crecer a nivel profesional.

Equipo Redacción