La solución de los telómeros: ¿qué papel juega nuestra mente en los telómeros?

En el post de la semana pasada hablamos sobre los telómeros, y de los recientes descubrimientos científicos, que abren un campo enorme y apasionante de investigación. Los telómeros son la parte que protege nuestro ADN y en consecuencia nuestra salud. Sabemos que el ejercicio físico es clave para el bienestar, así como una nutrición óptima. Seguimos profundizando en el libro de Blackburn y Epel y nos adentramos en la parte psicológica, en nuestros pensamientos, en nuestras emociones. ¿Qué influencia tienen sobre nuestros telómeros (y sobre nuestra salud)? Si no lo hacías ya, es momento de prestar atención a tu mente.
Telómeros largos, cerebro en forma
Después de conocer la influencia de los telómeros en nuestra salud, no nos sorprende saber que la gente con problemas cognitivos tempranos suele presentar telómeros cortos. Incluso, los telómeros cortos son predictivos de un declive cognitivo futuro. ¿Qué quiere decir? Tenemos más riesgo de perder capacidades cerebrales si nuestros telómeros se acortan. Además el tamaño del hipocampo, que es la parte cerebral encargada de formar, organizar y almacenar recuerdos, también depende del estado de los telómeros. Por ello cuanto más cuidemos de los telómeros, más estaremos cuidando de nuestra salud mental. Es posible que te preguntes: ¿Cómo puedo hacerlo?
Siente tu edad de manera saludable
Aunque sea en clave de humor, es frecuente que la gente experimente crisis al cumplir determinadas edades. La famosa “crisis de los 40”. Sentirte joven está vinculado con una mayor satisfacción de vida, crecimiento personal y conexión social con otros. Pero debemos puntualizar, sentirse joven no es querer serlo. Es aceptar la edad que tenemos y actuar sin limitaciones. La insatisfacción permanente de querer ser más jóvenes, nos aleja del presente y no nos ayuda nada. Si tu percepción sobre el envejecimiento es negativa puedes comenzar a cambiarla pensando modificando los estereotipos (por ejemplo, la madurez nos da experiencia y conocimiento)
Percibe el estrés de manera positiva
¿Cómo afecta el estrés a los telómeros? Otro de los grandes avances recientes de la ciencia ha sido el hallazgo de la relación estrés-telómeros. Diferenciamos entre el estrés negativo, el que nos bloquea y nos limita, y el estrés positivo, el que nos estimula, nos anima y nos reta a querer superar algo. Como puedes imaginar, el estrés negativo acorta los telómeros y afecta al sistema inmune. En la percepción está la clave, determina la manera en la que construimos la realidad. Imagina las distintas respuestas de un deportista ante la presión de un estadio rival, los grandes se crecen ante esa adversidad, es una respuesta positiva, que les ayuda a superar el reto. Por eso es importante que te plantees las situaciones más intensas como desafíos positivos, tratando de sacar tu máximo rendimiento.
Si normalmente sueles sentir más una respuesta de amenaza que un reto, no te autocastigues. Hay gente programada para ser más reactiva al estrés. Ha sido imprescindible para la supervivencia humana. El cerebro busca continuamente predecir cosas con anticipación, utiliza recuerdos de experiencias pasadas para anticipar lo que va a suceder y después corrige esas predicciones (por eso nuestras experiencias predeterminan nuestros pensamientos). Después crea una emoción para cuadrar todo esto. Al instante, sin darnos cuenta sentimos una emoción.
En lugar de sentir las respuestas al estrés de tu cuerpo y verlas como dañinas, piensa en ellas como un extra de energía para trabajar más rápido y con eficiencia. Y si practicas esto lo suficiente, con el tiempo tu cerebro predecirá los sentimientos y la agitación como algo útil. Al principio es un proceso costoso, ya que los pensamientos negativos habituales fluyen con más facilidad, pero merece la pena esforzarse.
Las actitudes que podemos mejorar
- Cuando el cerebro escanea el entorno, busca amenazas inminentes. Algunas personas tienen cerebros que son más rápidos para localizar el peligro. En otras palabras, son pesimistas. Pero también depende de lo que pensemos. En el momento que aparezca un punto negativo busca la opción positiva, y relativiza. Hacemos montañas de granos de arena.
- Céntrate en la tarea. El ritmo frenético de vida nos hace estar pendientes de mil cosas, y a veces no hacemos ninguna al 100%. Una de las claves del control mental es lograr centrarse en una tarea exclusiva. Seremos mucho más eficientes y nuestro cerebro lo agradecerá al no estar pendiente de tantas distracciones (que también nos puede estresar negativamente).
- Hay cosas que no podemos entender, no luches contra ellas. Intenta esto: “no pienses en un oso polar” y verás al animal aparecer en tu mente. Este fenómeno se conoce como error irónico, significa que cuanto más esfuerzo hagas por alejar un pensamiento, más fuerte llamará tu atención. El error irónico es una de las razones por las que la gente a dieta piensa constantemente en alimentos “prohibidos”. El error irónico también daña los telómeros. No luches contra tu cerebro, no tenemos por qué entender todo, y hay situaciones que lo mejor es dejarlas pasar con naturalidad.
Mejorando el pensamiento
Las actividades que de manera directa promueven un mejor pensamiento consciente incluyen la meditación, pero también ejercicios que involucran la mente y el cuerpo. El deporte ayuda al pensamiento consciente y a centrarnos en el presente. Las sustancias que se liberan en nuestro cerebro “bloquean” el flujo de pensamientos, y eso nos ayuda en nuestro bienestar. ¿Quién no se siente más despejado y relajado después de un entrenamiento? Involucrarte de manera regular en cualquier tipo de práctica mente-cuerpo te permite estar menos concentrado en los pensamientos negativos sobre ti. Y en momentos de reacción podrás darte cuenta de que estás experimentando pensamientos negativos y estos desaparecerán más rápido. El pensamiento consciente promueve resistencia ante el estrés.
Conclusiones
Conocer nuestros hábitos de pensamiento es un paso importante hacia el bienestar. Los estilos negativos son comunes, pero nos causan sufrimiento innecesario. Por suerte, se pueden moderar. A través de un propósito en la vida, optimismo, atención plena aumentamos nuestra resistencia al estrés, lo que combate el pensamiento negativo y las reacciones excesivas. Los telómeros tienden a acortarse con el pensamiento negativo, pero se pueden estabilizar, incluso alargar al practicar hábitos que promueven la resistencia al estrés. Cuida tus pensamientos y cuidarás tu salud.