Spartan Race: tu próximo objetivo

El auge que han experimentado las carreras de obstáculos durante los últimos años, ha provocado que mucha gente se enfrente a esta disciplina sin la preparación adecuada. Los distintos niveles y recorridos que ofrecen las pruebas, así como la variedad de los obstáculos a los que deben enfrentarse los corredores, hacen que no exista una preparación fija para ellas. Si bien es cierto que existen una serie de cualidades comunes en todas ellas, las cuales debemos entrenar si queremos tener un buen resultado, o al menos disfrutar de nuestra participación.
PROGRESA POCO A POCO
El primer consejo y más importante, extensible a cualquier actividad, es el de adaptar los objetivos a nuestro nivel y experiencia previa. Del mismo modo que nos planteamos correr una maratón en pocos meses cuando ni siquiera nos hemos calzado nunca unas zapatillas, no podemos pretender participar en una prueba muy exigente sin apenas entrenamiento. Debes respetar el principio de progresión, y planificar con tiempo tus carreras. Reducirás el riesgo de lesionarte, además de disfrutar mucho más del entrenamiento.
MODIFICA TU RUTINA DE GIMNASIO
No vale con una preparación habitual. Nuestra tabla de ejercicios debe ser variada ya que las pruebas implican movimientos globales, salvo algún trabajo más analítico y específico, debemos trabajar con pesos libres y movimientos que exijan una coordinación de todo nuestro cuerpo. Es el momento de abandonar las máquinas y desarrollar ejercicios con la barra y tu peso corporal. Evita entrenar hasta el fallo (acabar sin poder hacer más repeticiones), el objetivo es que ganes fuerza, no volumen.
Cuando introduzcas ejercicios nuevos, prioriza una ejecución técnica correcta por encima de levantar muchos kilos, así aprenderás el gesto correctamente y la progresión de cargas será mucho más fácil y sencilla, mejorando de forma más eficiente.
¿AERÓBICO? SI, GRACIAS
El componente principal a trabajar es la fuerza, pero nuestra capacidad aeróbica puede jugar un papel fundamental. Aunque la longitud de este tipo de pruebas es variable, suelen tener una duración aproximada de al menos 30 minutos, pudiendo llegar a la hora de competición, o incluso superarla. A pesar de que en algunas competiciones no existen muchos tramos de carrera a pie, o estos son muy cortos debido a la proximidad de un obstáculo con el siguiente, la mejora de nuestra capacidad aeróbica resulta imprescindible. Nos permitirá acelerar los procesos de recuperación entre los entrenamientos, pero también en la propia competición entre los obstáculos, lo que retrasará nuestro nivel de fatiga, llegando más frescos a las últimas pruebas.
EL ANTEBRAZO DE HIERRO
Uno de los denominadores comunes de las pruebas, es el elevado número de obstáculos que exigen movimientos de suspensión o tracción (trepar por una cuerda, colgarse de una barra, etc.). Normalmente el limitante de todos estos gestos es la fuerza de nuestros antebrazos. Especialmente cuando estamos fatigados, la sensación de falta de fuerza en esta parte del cuerpo impide que podamos afrontar los obstáculos con garantías de superarlos. Es conveniente que introduzcas ejercicios específicos orientados a trabajar esta zona.