¿Es bueno comer vegetales fermentados?

Los vegatales fermentados son una nueva opción en nuestros hábitos de consumo, que cada vez más, se dirige hacia productos que nos aporten varias cualidades a la vez. Alimentos como la verdura fermentada, o la fruta, pasan por un proceso en el que puede que se hayan enriquecido sus propiedades nutricionales, pero debemos conocer una serie de pautas que exponemos a continuación.
Nuestra alimentación en las últimas décadas se ha estructurado según la pirámide alimenticia, la cual analizaremos con detalle en el próximo post, si de verdad es apropiada o si necesita ser diseñada nuevamente. Las frutas y las verduras juegan un papel esencial, y deben tener presencia diaria en nuestra dieta. No vamos a descubrir nada nuevo si decimos que, son fuente natural de vitaminas y minerales o fibra, entre otras cualidades. En el análisis de estas propiedades surgen ideas para “perfeccionar” la calidad nutricional de estos alimentos. Una de estas técnicas en auge es la fermentación de alimentos.
¿Desde cuando surge esta moda de ingerir vegetales fermentados?
El ser humano ha fermentado alimentos desde hace miles de años. El vino o el pan son quizás alguno de los ejemplos más claros de productos elaborados de este modo. Por tanto no es algo nuevo, aunque si es creciente la moda de hacerlo en casa, especialmente con vegetales.
¿En que se basa?
Un alimento al fermentar es sometido a la acción del ácido láctico. Esta sustancia tan conocida por los deportistas, por el papel que juega en el metabolismo anaeróbico (esfuerzos intensos), aquí no es más que el agente que estimula la fermentación. En este proceso se producen microorganismos beneficiosos para nuestro cuerpo, los probióticos.
¿Por qué consumir alimentos fermentados?
Básicamente, los motivos por los cuales resulta interesante someter a las verduras al proceso de fermentación, se resumen en los siguientes puntos:
- Se crean elementos nutricionales interesantes para nuestro organismo. Los famosos probióticos. Nos ayudan a cuidar y conservar nuestra flora intestinal.
- Previene el crecimiento de nuevas bacterias. Cuando un alimento ha fermentado se evita que florezcan microorganismos patógenos (es decir el alimento se conserva mejor y no surgen bacterias que puedan causarnos enfermedades por el mal estado del producto).
- Una nueva manera de consumir el alimento. Cambia su sabor y textura, por tanto nos aporta variedad en las comidas.
- Mejora la digestión de la comida. Al tener mayor cantidad de probióticos, facilita que la absorción del alimento sea mejor. Por ejemplo, el yogur (leche fermentada) es más digerible que el alimento en su forma original.
¿Puedo hacerlo en casa?
La respuesta es sí, pero con cuidado. Se trata de un proceso sencillo que no necesita técnicas complejas, pero por encima de todo exige un aspecto esencial, la higiene. Si lo haces en casa, ten en cuenta lo siguiente:
- Lava muy bien los alimentos
- Utiliza recipientes perfectamente limpios
- Es necesaria la exposición a una temperatura constante (si lo metes en la nevera, tardará más tiempo en fermentar por el frío)
- Casi todas las verduras pueden ser fermentadas
- En cambio las frutas deben estar verdes
- Es muy difícil que los alimentos se pongan malos por la acidificación del mismo. Aunque es fundamental controlar bien el proceso ya que a veces puede salir moho
Así que ya lo sabes, la fermentación es una forma diferente de consumir los alimentos. Si te gusta innovar y descubrir nuevos sabores, desde luego que disfrutarás probando esta técnica tan demandada.