¿Cómo empiezo a entrenar en el gimnasio?

Independientemente de tu forma física y experiencia deportiva, ir a un gimnasio por primera vez puede ser una actividad que no te atraiga nada. Muchas personas piensan que "los gimnasios no son para mí" o "me aburre entrenar en un gimnasio". Hoy queremos desmitificar algunos conceptos negativos que hay alrededor de estos centros de entrenamiento para que te decidas de una vez por todas a ponerte en forma. Los propósitos del nuevo curso deben centrarse en cuidar de tu salud, y una de las maneras que tenemos es yendo al gimnasio.
El gimnasio es para todos
Los gimnasios no son exclusivos de los culturistas. El entrenamiento de fuerza es una actividad recomendable, e incluso podríamos decir "casi obligatoria" para cualquier persona, independientemente de la edad y el sexo. Incluso, cuantos más años tenemos más importante es mantener y desarrollar esta cualidad. No lo veas como algo ajeno a ti.
No te compares con los demás, equipárate con tu "yo" sedentario
El deporte a nivel de ocio y salud no debe centrarse en comparativas con otras personas que entrenan a la vez que tú. Ya sea en el gimnasio o corriendo por la calle. Cada persona tiene un ritmo de progresión y adaptación al entrenamiento, siempre va a haber alguien mejor, pero no por ello nuestro esfuerzo carece de valor. Si quieres fijarte en alguien, comparte contigo, observa tus hábitos pasados cuando no te movías del sofá o apenas hacías ejercicio, ese es el auténtico triunfo.
Olvídate de la verguenza, la gente no ha ido al gimnasio a mirarte. Aunque puedas observar a ciertas personas obsesionadas por la estética o el postureo, en general cada uno va a lo suyo, así que no van a estar pendientes de si estás más o menos fuerte. Mirarse al espejo no es una actividad tan hedonista en el gimnasio. Sabemos que realizar ejercicios mirando a un espejo consigue una mayor activación muscular ya que el cerebro visualiza mejor el movimiento. No tengas reparos en mirarte.
Paso a paso
El gimnasio suele ser el punto de partida de muchas personas que no han practicado deporte en su vida, o bien llevan, por unos motivos u otros, mucho tiempo sin entrenar. Esto hace que tengan que comenzar con mucha más paciencia de lo normal. Sin embargo, suele ocurrir que las primeras sesiones son demasiado exigentes para el momento de forma actual. La consecuencia es que las agujetas y la fatiga son inmensas en los días posteriores y esa sensación de "reventón" es el mayor lastre para querer volver al gimnasio.
Aunque sea difícil y pienses que lo que has hecho es suficiente, los primeros días quédate con ganas de entrenar, trabaja con pesos ligeros. Dale prioridad a la técnica de los ejercicios, más allá de querer acabar extenuada y termina la sesión.
¿Cómo utilizo las máquinas?
Una de las cosas que hacen que abandonemos el gimnasio a la primera de cambio es que no entendemos para que sirve tanta máquina. ¿Tendremos que utilizarlas todas cuando entrenamos? Por supuesto que no. En primer lugar, habla con la persona encargada de la sala, que te prepare un plan acorde a tus características. Recalca que estás empezando, que no tienes prisa con los resultados, y cuéntale cuales son los objetivos de tu entrenamiento. De ahí te programará una serie de ejercicios para ir cogiendo la rutina.
La mayoría de entrenamientos no deben centrarse en la utilización de las máquinas. Son elementos auxiliares en el gimnasio que nos van a ayudar a ir cogiendo tono, pero existen muchas posibilidades. Con unas mancuernas, una esterilla y algunas gomas, se puede hacer una sesión muy completa de entrenamiento.
No te centres solo en la pérdida de peso
Aunque es el principal objetivo de mucha gente cuando empieza en el gimnasio, no focalices toda tu atención en la báscula. El ejercicio y la actividad física van más allá que la simple pérdida de kilos. El movimiento es salud, por ello no relativices el progreso a sí has perdido peso o no. Es posible, por no decir lo más seguro, que las mejoras no vayan a ser inmediatas, pero debes pensar que a medida que vayas entrenando te irás encontrando mejor, sintiéndote con más energía. Esos son los cambios que más van a perdurar en el tiempo y harán que lo cojas como rutina. La composición corporal, si vigilas la alimentación, irá modificándose paulatinamente.
Las endorfinas que se liberan durante y después del ejercicio ya son por sí solas un buen motivo para sudar la camiseta. Entender que ir al gimnasio es una actividad placentera, no tanto por el entrenamiento en sí, sino más por los beneficios a posteriori, es una de las claves.
Reserva ese tiempo para ti
El ritmo frenético de vida que llevamos hace que no dediquemos apenas tiempo a nosotros mismos. El bienestar físico y mental pasa por aumentar el periodo de cuidado personal. El deporte es una de las mejores opciones en las que invertir el escaso tiempo libre del que podemos disponer. La hora de entrenar debe tener un hueco prioritario en la agenda, y salvo por motivos de verdad importantes no debe cancelarse.