¿Por qué no debemos contar calorías?

Una gran parte de la población en algún momento u otro de su vida se ha planteado perder peso, con mayor o menor éxito. En la mayoría de las ocasiones este cambio se lleva de manera individual y sin el asesoramiento de nutricionistas o endocrinos. Esta falta de información veraz, unida a la cantidad de bulos e informaciones erróneas que circulan a gran velocidad por las redes sociales, propician que se ponga el foco sobre aspectos que en realidad son secundarios. Uno de los principales problemas viene a la hora de pensar en la alimentación exclusivamente como un balance de calorías cuando queremos perder peso. Es evidente que el balance energético importa, pero no es lo único a considerar.
Calidad antes que cantidad
A la hora de elegir un alimento en nuestra dieta debemos valorar por encima de todo la calidad nutricional del mismo. Los alimentos procesados y ultraprocesados suelen tener una densidad nutricional más baja que la comida real. Cuando hablamos de densidad nutricional nos referimos a la cantidad de nutrientes que nos aportan estos alimentos. Los ultraprocesados se caracterizan por una composición de sustancias que tienen muy poco valor nutricional para abaratar su coste de producción. Y es por esto que son una muy mala opción. A pesar de que puedan tener menos calorías, la sensación de saciedad nos va a llegar más tarde con este tipo de alimentos ya que nos aportan menos nutrientes. Además la digestión de los mismos será más rápida provocando picos de insulina que afectarán a nuestro metabolismo.
Otro de los aspectos típicos en los programas de pérdida de peso es el de incrementar el número de comidas que se realizan a lo largo del día. No existe un número exacto que diga que es mejor hacer tres comidas o hacer cinco comidas a lo largo del día. Incluso algunas tendencias avalan hacer ocho comidas al día. El problema viene cuando en esas comidas entre horas elegimos productos categorizados como "light" "bio", "eco", y otro tipo de engaños que utiliza la industria alimentaria para que pensemos que ese producto es ideal para la pérdida de peso (ya que tiene menos calorías). Que sea light no significa que sea sano, es un concepto imprescindible que debemos manejar. Un alimento es light cuando tiene menos calorías que su versión original pero esto no le atribuye ninguna calidad nutricional. De hecho debemos evitar este tipo de alimentos ya que su densidad nutricional suele ser bastante pobre.
Algo más que un equilibrio
Por tanto, si te planteas perder peso objetivo no debes centrarte exclusivamente en el valor calórico. Es evidente que para conseguir una reducción de masa de nuestro cuerpo debemos ingerir menos calorías de las que consumimos, pero la estrategia que empleemos para ello será más o menos efectiva en función de los alimentos que consumamos.
Por ejemplo las grasas han estado demonizadas en los programas de pérdida de peso y sin embargo son el macronutriente que más nos sacia. Ya sabemos que 1 g de grasa nos aporta 9 kcal, mientras que 1 g de hidratos y proteínas aporta 4 kcal. Cuando vemos esta simple proporción enseguida concluimos que debemos eliminar las grasas, es cierto que la misma cantidad de un producto nos aportará muchas más calorías, pero en proporciones adecuadas son un nutriente muy interesante ya que nos van a aportar energía y nos van a saciar de una forma más prolongada en el tiempo.
Es mucho más importante restringir los hidratos de carbono, especialmente los azúcares simples que las grasas. Cuando hablamos de grasas nos referimos a las grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas presentes en alimentos como el aguacate, el aceite de oliva, el queso curado o el pescado. Por grasa debemos excluir a los alimentos tipo trans que también van a destacar por un alto contenido de azúcares simples.
¿Por qué no es bueno contar calorías?
Si nos planteamos nuestra alimentación como un recuento total de calorías a lo largo del día podemos cometer un grave error. Este error no es otro que el de equiparar alimentos naturales y alimentos procesados. Por ejemplo consideramos que una manzana tiene 200 calorías pero va a ser una decisión nutricional peor que si nos tomamos una barrita "light" apenas 80 de calorías. Y si este tipo de decisiones las multiplicamos a lo largo del día y a lo largo de la semana en un balance total de alimentos que hayamos consumido habremos obviado alimentos naturales con contenidos calóricos más elevados precisamente porque pensamos que no es una buena opción. Sin embargo nada más lejos de la realidad. Si nuestro objetivo es perder peso o llevar una alimentación saludable no debemos caer en la trampa del balance calórico como única medida de todas las decisiones nutricionales.
Conclusiones
Si tu objetivo es perder peso y te preocupa el balance calórico de los alimentos que ingieres, da prioridad a la calidad nutricional de los mismos. Es mucho más importante consumir alimentos naturales que nos aporten todos los micro nutrientes necesarios que alimentos ultraprocesados con una menor cantidad de proteínas pero muy pobres a nivel nutricional lo cual a largo plazo va a provocar una necesidad de comer más.