Antioxidantes y deporte ¿Una combinación necesaria?

Una de las principales preocupaciones cuando hacemos ejercicio físico, es la de combinar adecuadamente las exigencias deportivas con una dieta saludable. Las necesidades nutricionales de los deportistas difieren en ciertos aspectos a las de la población general. Una de las principales variables a controlar es que, al ejercitarnos, nos vemos expuestos a un mayor estrés oxidativo (¿y qué quiere decir esto?). Os adelantamos que los antioxidantes juegan un papel esencial para combatirlo.
La actividad física intensa provoca en nuestro organismo una serie de reacciones químicas que forman radicales libres. Estos compuestos, fabricados por nuestro cuerpo de forma moderada para combatir bacterias o virus, son nocivos en altas concentraciones. Aceleran, por ejemplo, procesos como el envejecimiento, afectando al correcto funcionamiento celular. Los antioxidantes cumplen la función de "neutralizar" estas sustancias y mantener el equilibrio (homeostasis) del cuerpo.
Es por ello que la dieta deportista debe ser rica en antioxidantes. Se define el término antioxidante como "cualquier sustancia que retrasa, previene o elimina el daño oxidativo provocado en una molécula diana". Es por ello que una de sus principales funciones, es la de contrarrestar los efectos negativos mencionados anteriormente. No hay estudios que demuestren que el consumo de antioxidantes provoque una mejora directa del rendimiento físico (algunas líneas de investigación sugieren que podrían tener algún efecto sobre la disminución del lactato), aunque es evidente que si lo hacen de forma indirecta, preservando la correcta salud de nuestros sistemas.
Los antioxidantes más populares
Quizás las sustancias más conocidas de este grupo sean la Vitamina C, la Vitamina E y el betacaroteno. Estas sustancias se almacenan en nuestro organismo, pero es necesario un consumo constante y su presencia diaria en la dieta. No vale "atiborrarse" un día a antioxidantes y esperar un milagro, ya que el organismo necesita un tiempo (al menos 2 semanas) para aumentar sus depósitos.
Vitamina C
Se encuentra en frutas como el kiwi, la naranja o el limón. También conocida como ácido ascórbico, es una vitamina muy interesante para los deportistas. Además de su función antioxidante, juega un papel importante en la síntesis de colágeno (formación de tejidos, tendones, cartílagos...). Es un componente esencial en la absorción y el metabolismo del hierro y el colesterol.
Vitamina E
Podemos hallarla en alimentos como el aguacate, el salmón o las nueces. A diferencia de la vitamina C, se trata de una vitamina liposoluble. Es necesario el consumo de grasa para su absorción. Esta es una de las principales razones por las que no podemos excluir totalmente la grasa de nuestra dieta (lo ideal es en forma de grasas saludables como los ácidos grasos omega-3), ya que es indispensable para el correcto funcionamiento de nuestro organismo. Entre sus características, también desarrolla un importante papel en el sistema inmunitario con efectos antiinflamatorios.
Resveratrol
El resveratrol es una sustancia natural que encontramos en las uvas y otros alimentos con un alto poder antioxidante. Se ha analizado como mejora la función mitocondrial (elemento principal de la célula en el cual los nutrientes se convierten en energía) y protege contra la enfermedad metabólica debido a la activación de macromoléculas involucradas en la transcripción de genes como la PGC-1α. Como antioxidante, posee efectos antiinflamatorios y propiedades anticancerígenas. En suma, existe evidencia científica de que el resveratrol se trata de un agente anti-edad.