Consejos nutricionales para este verano

La cantidad de compromisos, eventos, comidas fuera de casa y un sinfín de actividades en la agenda social, hacen que resulte bastante complicado mantener el "orden" nutricional. Los buenos hábitos ganados a pulso durante todo el año se van al traste en pocos días. Podemos llevar a cabo algunas recomendaciones para seguir llevando un estilo de vida saludable aunque incluyamos algunas excepciones.
1. Aumenta el consumo de frutas y verduras
Durante el verano es más importante que nunca mantenerse hidratado y la buena noticia es que las frutas y verduras cuentan para nuestra ingesta diaria de líquidos. Comer más frutas y verduras frescas es una forma fácil de aumentar nuestra ingesta de líquidos gracias a su alto porcentaje de agua. La amplia variedad de opciones veraniegas de estos productos nos facilita múltiples posibilidades de elección.
No hace falta recalcar todas las propiedades que nos aportan las frutas y las verduras gracias a los micronutrientes que poseen. Nos ayudan a mantener los niveles apropiados de vitaminas y minerales.
2. Haz tus propios helados en casa
Antes de comprar helados industriales, puedes hacer en casa tus propios polos. Combina y elige las frutas que más te gusten con productos como el yogur griego. Si quieres hacer polos helados puedes utilizar frutas trituradas como la sandía o el melón que tienen mucha cantidad de agua. Si prefieres un helado con más consistencia elige frutas como el plátano. Las opciones son tantas como tus ganas de experimentar te permitan.
La dinámica es muy sencilla, congela la fruta deseada durante al menos 3 horas, y luego en un vaso batidor tritúralas junto con el yogur, la leche o el líquido que más te guste. Sirve la mezcla triturada, ya estará listo para degustar.
3. Piensa en esos "extras"
Es fácil pensar que estas comiendo "sanamente" cuando el plato está lleno de deliciosas ensaladas y verduras, pero también hay que valorar las salsas y aderezos. A menudo, los aderezos para ensaladas están llenos de azúcares que nos proporcionan un aporte calórico mayor que la propia ensalada en sí. Elige aliños simples, aceite de oliva, sal y vinagre al gusto.
El aceite de oliva es excelente, tiene propiedades antiinflamatorias, y aunque es alto en calorías por la cantidad de grasas que tiene, son ácidos grasos saludables y nos ayuda a saciarnos. También existen otras opciones, por ejemplo mezcla limón y vinagre con un poco de yogur natural.
4. Ir a la carne de calidad (o verduras)
Se recomienda que comamos la menor cantidad de carne procesada que sea posible, así que si eres un amante de la carne, trata de hacer tus propias hamburguesas. La carne picada no tiene por que ser siempre de ternera o cerdo, también puedes utilizar el pavo o el pollo. Lo que sí que es aconsejable es eliminar todos los embutidos procesados como las salchichas.
También podrías darle la oportunidad a una barbacoa vegetariana (sí, eso existe) o de pescado. Hay muchas opciones de vegetales deliciosos y nutritivos, por ejemplo las batatas asadas o las mazorcas de maíz. Prueba a hacer tus propias brochetas, combinando las verduras que más te gusten. Tomates, pimientos, calabacines, cebollas o berenjenas son buenas opciones.
Podrás disfrutar de las barbacoas sin hacer una comilona tremenda cada día y no cometer muchos excesos.
5. Piensa en tus porciones de plato
Te han invitado a una barbacoa y no puedes elegir el menú, las opciones pueden no ser las más saludables, pero sí puedes controlar la cantidad que comes. Comer en exceso suele ocurrir en situaciones sociales cuando estamos distraídos.
La mejor manera de combatir esto es no llegar hambriento, puedes picar alguna pieza de fruta por ejemplo antes de comer para que tu tripa no sea un pozo sin fondo. En segundo lugar, piensa en todas las opciones disponibles antes de llenar tu plato y valora cual es la opción más conveniente. Trata de llenar la mitad de tu plato de ensalada o verduras, y elige proteínas magras.
El volumen que comemos, y la velocidad a la que ingerimos la comida determinan el grado de saciedad con la comida. Disfrutala, trata de comer despacio y no llenar el plato hasta atiborrarte. Excederse en las cantidades hará que nuestro estómago se llene más de la cuenta y encima tengamos digestiones pesadas.
6. Innova
Así es, no más comidas aburridas, siempre con las mismas recetas. En la red es facilísimo encontrar recetas super creativas y sencillas de cocinar en poco tiempo. Puedes salirte de las clásicas ensaladas que haces siempre igual o comer alimentos de forma que no sueles hacerlo, por ejemplo, legumbres frías, no tienen por qué ser un plato de invierno.
El verano no debe ser un periodo de carta blanca para descuidar nuestra alimentación. Tampoco se trata de obsesionarse con la comida y no poder disfrutar de ningún plan social, pero si podemos orientar nuestras conductas nutricionales y elegir la comida entre un amplio abanico de posibilidades.