¿Por qué me duelen las rodillas cuando corro?

Es muy frecuente, que las personas aficionadas a correr, nos encontremos en algún momento u otro con dolores en las rodillas. Antes de autodiagnosticar qué nos pasa, después de consultar en Google, es conveniente aclarar que el único dictamen válido es el que nos proporcionen los profesionales sanitarios (médicos o fisioterapeutas) tras realizarnos las pruebas pertinentes. Además, cada caso particular tiene unas características específicas, por lo que no es bueno generalizar cuando hablamos de lesiones sin saber exactamente que tenemos. El desgaste articular lo sufrimos siempre, pero en nuestra mano está que la formación de nuevos tejidos sea superior a la destrucción de los mismos. Una vez más, la respuesta va a venir de nuestro binomio favorito: nutrición adecuada y actividad física apropiada.
¿Por qué se produce el dolor en las rodillas cuando entreno?
Para resolver el problema es prioritario conocer porque ocurre. Lo más habitual es que se deba a un exceso de carga sobre nuestro cuerpo (no está preparado para tolerar ese esfuerzo). Es decir, entrenamos más de los que nuestro cuerpo puede soportar (volumen y/o intensidad).
Esto se debe a la combinación de 2 factores:
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Desequilibrios artro-musculares
Las causas son variadas, principalmente por un déficit de fuerza (falta de tono muscular en piernas y/o abdomen) o por una mala activación (por ejemplo el glúteo medio). Si un músculo no hace su función correctamente sobrecarga otro. En este tipo de lesiones, el problema puede venir de la rodilla, pero también de un desequilibrio en la cadera o en el tobillo. Hay que valorar globalmente, pero el entrenamiento de fuerza es indispensable para reducir los problemas articulares.
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Déficit de técnica
En deportistas, y especialmente en corredores por el ángulo de la pelvis, es frecuente por ejemplo encontrarnos con patologías como el "valgo de rodilla" (cuando las rodillas tienden a juntarse) que hace que el tensor de la fascia lata trabaje más de la cuenta, y el dolor se refleje en el lateral externo de la rodilla). Aunque también el dolor puede venir a nivel interno, de isquios o aductores (pata de ganso). Una estabilización de la pelvis incorrecta, apoyos incorrectos (excesiva pronación)... son algunas de las posibles causas.
La solución combinada sería llevar un programa de entrenamiento que fortalezca la musculatura e incluya ejercicios de técnica globales, buscando la especificidad de la carrera para reeducar nuestro patrón de movimiento cuando corremos. Antes de empezar a correr, o de correr más distancia, debemos fortalecer nuestra musculatura para evitar lesiones.
¿Qué podemos hacer a nivel nutricional?
Sabemos que para recuperar una lesión debemos potenciar la regeneración de tejidos. Y el macronutriente encargado de esta función es la proteína. El colágeno, es una proteína animal, que representa aproximadamente el 25% del total de proteínas presentes en el cuerpo, por lo que su presencia es muy abundante. Su estructura es singular, está formado por unos 3300 aminoácidos. El 60% de esta proteína está compuesta sólo por 3 aminoácidos:
- 30% glicina
- 20% prolina
- 10% lisina
Son aminoácidos no esenciales que el cuerpo produce de manera natural, pero las necesidades aumentan en procesos degenerativos o recuperación de lesiones. Va asociado, por tanto, al interés y la importancia de la presencia de proteínas en nuestra dieta.
Muchos nutricionistas recomiendan consumirlo con magnesio. Este mineral tiene mucho que ver con la salud general de nuestro sistema óseo y articular. Además, es necesario para la obtención de energía, y juega un papel importante en el metabolismo de hidratos, proteínas y grasas. También equilibra el sistema nervioso central y el muscular. El 60% de magnesio se encuentra en los huesos donde ayuda a fijar el calcio y el fósforo. Y su relación con los músculos es esencial ya que interviene en los procesos de contracción muscular. Está presente en legumbres, carnes, frutos secos como la almendra y algunas verduras. Pero es habitual encontrarnos con déficits en la población general.
¿Es posible acelerar la recuperación?
Los conocimientos químicos de la nutrición nos dicen que, por desgracia, el colágeno no tiene "memoria" y tampoco se dirige directamente a las zonas que más lo necesitan, por lo que las mejoras al tomarlo no son inmediatas. Pero si sabemos que:
- Combinando la suplementación con ejercicio físico, especialmente trabajo de fuerza, podemos acelerar la síntesis de proteínas y por tanto la regeneración de tejidos.
- El tabaco reduce los niveles de absorción de colágeno y magnesio.
- La presencia de proteína en todas las comidas favorece la formación de nuevos tejidos.
Además, en Just Podium recomendamos Colagenium para el dolor de la rodilla en la parte interna o externa, un producto natural que contribuye a la formación normal de colágeno. Además, ayuda a mantener protegidas las articulaciones por su aporte de Vitamina C que contribuye al funcionamiento normal de los huesos y cartílagos.